En GPO sabemos que lo que cura y nos ayuda a sanar es el Amor. Y no nos referimos sólo el amor en pareja, sino al amor en toda su expansión. Porque según nuestra experiencia profesional como psicólogas, para poderte sentir pleno y feliz lo que necesitas es Amor Sano y Amor propio. Ambos están estrechamente relacionados.
Te has preguntado últimamente ¿qué tal te sientes en tus relaciones personales? ¿Hay algo con lo que no te sientes a gusto en la relación con tus hijos, con tu pareja , tus amigos, el trabajo e incluso contigo mismo? Si es así, ¿estás haciendo algo para cambiarlo? Parar un momento y darte un espacio para reflexionar sobre estas preguntas y sus respuestas ya es un acto de amor hacia ti mismo.
En terapia, es frecuente encontrarnos a muchas personas con una carencia de amor importante. El amor, es la base sobre la que construimos nuestra vida, y por ende, nuestras relaciones personales. Por eso, si no tenemos una base de amor sobre la que poder apoyarnos, difícilmente construyamos algo que nos permita crecer.
A continuación compartimos algunas características del Amor Sano. En una relación sana entre dos personas el amor fluye libremente. No se exige, ni se espera. Se da y se recibe, sin juicio ni expectativa. El otro, que supone el 50% de la relación, es una persona que percibimos como un ser estable y confiable. De esta manera, entre las dos personas, se crea un espacio de seguridad que facilita la comunicación, la intimidad y la autenticidad. Son relaciones orientadas al contacto y la reciprocidad. Son relaciones cooperativas, donde predominan el respeto, la honestidad y el entendimiento mutuo. Estas características facilitan la posibilidad de tener un compañero para toda la vida.
La tendencia de mantener relaciones más o menos saludables con los demás tiene mucho que ver con nuestras experiencias de amor en la infancia y adolescencia. Estas vivencias han influido en nuestra autoestima y en el concepto que tenemos sobre nosotros. Si por lo general, a lo largo de nuestra historia, hemos mantenido relaciones que han sido más o menos perjudiciales para nosotros, relaciones tóxicas, es muy probable que a través de estas dinámicas acabemos confirmando que no somos dignos de recibir un amor sano y verdadero.
Por lo tanto, qué mejor momento que éste para aprender a querernos un poco mejor ¿Te gustaría saber cómo? Es muy fácil; mírate y pregúntate “¿qué veo?” Esa persona que tienes en frente es un ser maravilloso. Y ese ser, eres tú. Único entre todos los demás. Alguien que ha hecho lo mejor que pudo hacer para llegar dónde está y para ser quién es hoy. Aprovecha este momento para reconocértelo y darte las gracias. Tienes motivos suficientes para sentirte orgulloso y satisfecho de ti mismo. Eres un ser valioso, así que cuídate.
Di adiós a todo lo que está en tu vida que no te permite crecer o avanzar. Di “no” cuándo es “no” para ti. Aunque sientas miedo o culpa. Mereces tu cuidado y respeto.
El amor propio es la base de nuestra autoestima, y nuestra autoestima es el espejo desde el que nos miramos y nos reflejamos al mundo. Así que mírate con el amor que mereces. Perdónate por ser alguien que no eres, y acéptate por ser quién eres hoy.
Eres lo suficientemente bueno para ti y para los que te rodean en este momento. Háblate con respeto, como hablarías a una persona importante para ti. Aprende a darte a ti mismo lo qué ansias recibir de los demás y que te duele tanto no conseguir. Los otros no están aquí para cumplir tus expectativas o para cubrir tus carencias. Esa es tu responsabilidad. Así que por una vez, cambia tus planes y priorízate a ti. Porque el amor está, justo ahí, dentro de ti.
Aprende a quererte bien. Aprende a vivir como mereces.
Artículo escrito por el equipo GPO
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Laura Raijenstein
Psicóloga Sanitaria- Directora GPO
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