Necesitamos vacaciones pero en la vida actual donde estamos tan preocupados por el HACER y el TENER, se nos dificulta cada vez más construir espacios de ocio, de relax o de entretenimiento.
Queremos cumplir perfectamente con todo y con todos al mismo tiempo: nuestro trabajo, nuestros estudios, nuestra pareja, nuestra familia. Nos cuesta PARAR, darnos momentos de pausa. Y esto no sólo se refiere a la dificultad en relación al descanso físico, sino a la mayor dificultad que atravesamos en estos tiempos: el no poder conseguir el necesario descanso psíquico. El no poder parar la cabeza, puede traernos consecuencias negativas a nivel orgánico.
Actualmente, dicha patología recibe el nombre de fatiga emocional o estrés psicológico. Que es el cansancio extremo debido a causas emocionales. Esto sucede cuando una persona se ve expuesta de forma prolongada a altos niveles de estrés. Generando un aumento de los niveles de Cortisol (conocida como la hormona del estrés) afectando a nuestro sistema inmune y produciendo una bajada de defensas. También se eleva el riesgo a padecer ansiedad, depresión, problemas digestivos, dolores de cabeza, problemas de sueño (insomnio o hipersomnia: exceso de sueño), aumento o disminución de peso, deterioro de la memoria y la concentración, enfermedad cardíaca, trastornos musculoesqueléticos.
¿Qué podemos hacer para evitarlo?
Estudios recientes señalan que para evitar dicho desenlace es fundamental tomar vacaciones en períodos de mínimo 8 días varias veces al año. Y resaltan que lo importante no es irse lejos o por mucho tiempo; lo fundamental y necesario es centrarse en las llamadas 3 “D”: Descansar, Desconectar y Disfrutar. Y que debemos hacer especial hincapié en las dos últimas consignas.
Desconectarse del afuera: del trabajo, de las redes sociales, del WhatsApp, de las preocupaciones externas, para conectarse con uno mismo. Para reflexionar, para reencontrarse con el silencio, con nuestro mundo interior, con nuestros sentimientos más genuinos y nuestros deseos más profundos. Es decir, tomarnos una pausa para darle lugar a nuestro SER.
Además de Descansar, es importante Disfrutar, pasárselo bien es uno de los principales objetivos de las vacaciones. En el sentido de hacer cosas nuevas, de romper la rutina, de compartir con otras personas, de buscar alguna actividad que nos desafíe y nos apasione, de volver a disfrutar como cuando eramos niños.
El mar o la montaña, cada uno con sus particularidades, nos brindan numerosos beneficios para la salud física y mental.
Irnos de vacaciones al mar nos ayuda a combatir el estrés y la ansiedad, ya que los iones negativos de la brisa marina aumentan los niveles de serotonina que regula los sistemas de ánimo y el sueño. Además, el estar en contacto con el agua, favorece la agilidad y relajación muscular. El agua salada también actúa como antioxidante ralentizando el envejecimiento de la piel y tiene gran poder regenerativo y cicatrizante.
Con respecto a los destinos de montañas; son favorables para mejorar la respiración por estar rodeados de una atmósfera limpia y lejos de contaminación. También son excelentes para realizar actividades divertidas y de aventura, para quemar calorías y mejorar nuestro estado de salud en general. Al igual que la playa, este destino favorece la absorción de vitamina D tan importante para el fortalecimiento de nuestros huesos y la absorción de calcio.
Ahora bien, la pregunta es: ¿por qué nos cuesta tanto tomarnos un tiempo para el descanso?
En la mayoría de los casos tiene que ver con nuestra gran necesidad de tener el control, de no poder soltar las obligaciones ni las demandas. Cuántos de nosotros nos vamos de vacaciones y regresamos más cansados… y esto ¿por qué?
Es simple, durante nuestro tiempo libre no nos desconectamos ni disfrutamos.
Tal vez logremos descansar y hasta dormir más de lo habitual, pero nos olvidamos de escucharnos, de aprovechar el momento presente, de estar cien por ciento en el aquí y ahora. Quedamos pegados a las preocupaciones y al deber. O mejor dicho: al HACER.
Dejémonos llevar, soltemos la omnipotencia, no somos imprescindibles… el mundo sigue girando sin nosotros… y está bien por momentos elegir no estar, está bien priorizarnos.
El otro y el mundo tendrán que entender que existen momentos donde todo sigue, pero nosotros nos queremos bajar. Y que esto no es un acto de egoísmo, sino de salud mental.
Si en algún momento necesitas la ayuda de un profesional puedes contar con nosotras.
Laura Raijenstein.
Psicóloga Sanitaria-Psicoterapeuta Online y presencial en Madrid.
Mail: laurapsyonline@gmail.com
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