¿Por qué la soledad puede ser algo bueno? El estigma social en torno a la soledad es profundo, ya que el hecho de sentirse solo se cataloga erróneamente como algo negativo, como una incapacidad para encontrar amigos, un síntoma de problemas personales “asociales”.
Esta puede ser la razón por la que nos apresuramos a decirle a la gente lo ocupados que estamos, intentando ocultar que en realidad estamos solos.
Por un lado, la soledad ocasional es algo positivo para las personas. Nos permite poder conectar con nosotros mismos. Al escucharnos podemos descubrir lo que realmente necesitamos. Es un buen momento para aprender a sentirnos cómodos con nuestra propia compañía. De hecho, estar solo de vez en cuando tiene sus grandes ventajas, y hasta llega a ser necesario en varios momentos de nuestra vida.
Por otro lado, está bien sentirse solo. ¡De hecho, es bueno! Es la forma en que nuestro cuerpo nos manifiesta que necesitamos una interacción social significativa. Cuando sientes que la soledad sube a la superficie, es una señal que tu cuerpo te envía para alertarte sobre tus necesidades de profundizar tu contacto con familiares y amistades para tu salud mental y afectiva.
A veces la soledad surge sin razón alguna, pero si tienes consciencia de que no es una situación permanente, puedes llegar a sentirte agradecido por todas las cosas que descubrirás de ti mismo al estar en soledad.
Si encuentras paz en la soledad, tu tiempo a solas puede ser un placer, un respiro agradable de las preocupaciones del mundo. Estar solo en alguna etapa de tu vida, proporciona una oportunidad indispensable para reflexionar sobre cosas tan trascendentales como ¿Quién soy? O ¿qué estoy haciendo con mi vida?
Ventajas de permanecer en soledad:
Cuando estamos rodeados de otras personas, solemos invertir mucha energía tratando de complacer a otros, hacerlos felices, calmar sus egos, adivinar sus emociones, etc. La interacción constante con otras personas puede ser mentalmente agotadora y nos desconecta con nuestro yo personal.
Al mantenernos enfocados en los demás, nos olvidamos literalmente de nosotros mismos, de auto conocernos, de tener momentos de profunda reflexión, y tener una mayor perspectiva de nuestras propias emociones.
Sólo en soledad podremos obtener una comprensión más profunda de lo que nos hace felices, lo que nos molesta y lo que nos entristece. Es perfecto estar solo para sacar a flote nuestros recursos más preciados, lo cual, en definitiva, es lo que más importa, a pesar de que no nos lo hayan enseñado.
Un poco de soledad puede ser inspirador de muchas maneras. De hecho, la soledad en realidad tiene una función adaptativa que nos obliga a buscar y crear conexiones auténticas y amorosas con nosotros mismos, y, por lo tanto, podremos tener mejores relaciones con los demás.
‘En soledad aprendí que en realidad nunca estoy solo, siempre me tengo a mí’.
¡Permítete momentos de soledad y disfrútalos!
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Laura Raijenstein.
Psicóloga Sanitaria-Psicoterapeuta Online y presencial.
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