Solemos esconder nuestra Vulnerabilidad por miedo a ser dañadas y vergüenza al reconocer nuestras limitaciones. Nos juzgamos como no suficientemente buenas, fuertes, capaces…
Esto hace que nos pueda costar pedir Ayuda y mostrar que no sabemos algo. Esto dificulta el poder tomar iniciativas y correr el riesgo a ser rechazadas. Preferimos mostrarnos como supermujeres y superhombres que podemos con todo. Creamos máscaras, personajes que consideramos que van a agradar y complacer a los otros. Pensando que sólo así podremos ser aceptadas y valoradas. Escondemos la parte genuina, auténtica y vulnerable en nuestro interior. Donde nadie la ve, sólo nosotras y nuestro juicio.
Debajo de estas creencias puede haber un sentimiento de no ser dignas de ser valoradas. Nos podemos sentir unas impostoras con temer a que nos descubran. Esto genera mucho malestar. Vivimos en un mundo vulnerable y para manejarlo podemos insensibilizarnos.
¿Qué problemas puede generar?
-Estando en un continuo hacer: ser productivas, útiles, complacientes buscando los logros y el reconocimiento. Sintiendo que nunca es suficiente. Por lo que buscamos hacer siempre más, desde un no parar, intentando huir del dolor y malestar mirando hacia adelante. Esto crea una continua insatisfacción y nos aleja de la tranquilidad y de la paz interior.
–Intentando ser “perfectas”. Tendemos a la exigencia y el perfeccionismo. Buscamos controlar todo, tener certezas. No nos permitimos equivocarnos y queremos por tanto tener la razón. Porque si no es el caso contactamos con la vulnerabilidad y ya hemos visto que esto nos duele y asusta. Y si somos así con nosotras, exigiremos lo mismo al resto.
-Todo esto genera una desconexión emocional. Nos centramos en el exterior, olvidándonos del interior. Y esto hace que nuestra salud y bienestar físico y emocional se resienta.
— Adicciones: alcohol, drogas, comida, medicamentos, relaciones tóxicas. Que nos adormecen el dolor emocional momentáneamente, creando otros problemas que nos alejan de nosotras.
Y el problema de todo esto es que no podemos insensibilizarnos de forma selectiva. No podemos elegir lo que queremos sentir. Si dejamos de sentir las emociones que nos desagradan (tristeza, miedo, ansiedad, rabia, vergüenza, decepción). También se verán afectadas aquellas que nos gustan (alegría, motivación, dicha, energía, gratitud, felicidad,…)
Es importante aprender de los dolores y saber que podemos sacar cosas buenas de nuestras heridas emocionales una vez son superadas.
¿Qué podemos hacer?
–Conectarnos con nosotras mismas y Amar nuestro Ser. Aceptar nuestra vulnerabilidad siendo comprensivas y compasivas. No vamos a gustarles a todo el mundo, por muy “perfectas” que seamos. Si tú te quieres y te sientes orgullosa de ti, lo que piense el resto no te afectará tanto. Cultiva el amor propio.
–Dejarnos ver tal cual somos. Lo auténtico gusta más que lo artificial. Es normal sentir miedo, así que podemos hacerlo con miedo, no pasa nada. Confía en tu fuerza. Es más fácil conectar y empatizar con el otro y que tengan conexión con nosotras cuando mostramos nuestro auténtico y vulnerable ser.
–Conectar con la gratitud y la dicha. Tomar consciencia de dónde ponemos nuestro foco de atención. Y dirigirlo hacia aquello que nos hace sentirnos afortunadas y agradecidas. Esto nos ayudará a sentir dicha.
–Saber y creer que somos suficientes. Si piensas “soy suficiente” te sentirás tranquila y bien. Al contactar con el amor propio, podrás contactar con el amor hacia los demás.
Para terminar podemos decirnos esta frase: Tengo el Coraje de ser yo misma. Me Acepto y me permito ser Vulnerable. Merezco Amor y Cuidado. Me Quiero y Valoro como soy.
Vídeo de TED. El poder de la Vulnerabilidad. Brené Brown
Laura Raijenstein.
Psicóloga-Psicoterapeuta Online
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